
La mitigación y la adaptación son formas vitales de abordar el cambio climático, según el Acuerdo de París sobre el Clima. Mientras que la mitigación pretende limitar el cambio climático reduciendo las emisiones de gases de efecto invernadero o eliminando esos gases de la atmósfera, la adaptación climática consiste en ajustarse a los efectos actuales o previstos del cambio climático. Los esfuerzos de adaptación al clima pueden realizarse de muchas maneras, como prevenir inundaciones, garantizar el suministro de agua dulce, adaptarse al calor, mejorar los sistemas agrícolas y de producción de alimentos, garantizar la salud de los ecosistemas y hacer frente a las catástrofes.
Agenda de adaptación de Sharm El-Sheikh
El 8 de noviembre de 2022, el Presidente de la COP27, Sameh Shoukry, lanzó la Agenda de Adaptación de Sharm El-Sheikh. La agenda esboza 30 resultados de adaptación para mejorar la resiliencia de 4.000 millones de personas que viven en las comunidades más vulnerables al clima para 2030. Estos resultados representan colectivamente el primer plan mundial integral para la adaptación al clima. Comprenden cinco sectores para la adopción de medidas a escala mundial y nacional por parte de agentes estatales y no estatales: alimentación y agricultura, agua y naturaleza, costas y océanos, asentamientos humanos e infraestructuras.
El principal esfuerzo de adaptación en el sector de la alimentación y la agricultura es reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en un 21% y mejorar los medios de vida de los pequeños agricultores. En cuanto al agua y la naturaleza, la agenda sugiere proteger y restaurar 400 millones de hectáreas de tierra y ecosistemas de agua dulce. Este esfuerzo apoyará a las comunidades indígenas y locales con soluciones basadas en la naturaleza para mejorar la seguridad del agua y los medios de subsistencia y transformar 2.000 millones de hectáreas de tierra mediante una gestión sostenible.
El cambio climático desencadena fenómenos meteorológicos extremos como tormentas, ciclones, tornados, inundaciones y un aumento del nivel del mar. Para proteger a las comunidades vulnerables de los riesgos climáticos, la agenda de adaptación de Sharm El-Sheikh propone instalar sistemas inteligentes de alerta temprana. También sugiere invertir 4.000 millones de dólares para asegurar el futuro de 15 millones de hectáreas de manglares mediante la acción colectiva. Todos los manglares existentes deben conservarse, restaurarse y protegerse garantizando una financiación sostenible.
Además, la agenda de adaptación climática de la COP27 recomienda ampliar el acceso a la cocina limpia para 2.400 millones de personas. Cocinar puede desencadenar problemas de salud, especialmente en mujeres y niños. También perjudica al medio ambiente y contribuye al cambio climático. En algunos países en desarrollo, los combustibles sólidos como la madera y el carbón se utilizan a menudo en las cocinas tradicionales para cocinar. El uso de estos combustibles y tecnologías contaminantes provoca la contaminación del aire en los hogares, causando enfermedades respiratorias, problemas cardíacos e incluso la muerte. Según el Banco Mundial, unos 4.000 millones de personas no pueden acceder a servicios modernos de cocina energética. En su lugar, cocinan con biomasa tradicional o combustibles contaminantes. Además, cuatro millones de personas mueren cada año por enfermedades asociadas al humo de la cocina, de las cuales el 50% son niños menores de 5 años.
La cocina limpia, que se refiere al uso de combustibles más limpios y cocinas modernas energéticamente eficientes, puede beneficiar a la salud y el bienestar de las personas y a un medio ambiente sostenible. Puede reducir la gravedad y la duración de las enfermedades respiratorias en los niños, disminuir la presión arterial en las mujeres embarazadas y aumentar el peso de los bebés al nacer. Además, la cocina limpia puede reducir el uso de combustible en un 30-60%, disminuyendo las emisiones perjudiciales para el clima. Por ello, la COP27 incluye la cocina limpia en el programa de adaptación al cambio climático para 2030.
¿Qué podemos hacer nosotros?
La Agenda de Adaptación de Sharm El-Sheikh proporciona un marco global de acción para lograr un mundo resiliente, especialmente en las comunidades vulnerables. Acelerará los esfuerzos transformadores de países, regiones, ciudades, empresas, inversores, sociedades civiles y comunidades locales para adaptarse a los graves riesgos climáticos.
¿Qué podemos hacer nosotros, como miembros de VIVAT, a este respecto? Hasta cierto punto, hemos participado en esfuerzos de adaptación climática en nuestras comunidades locales, incluso a pequeña escala, con recursos limitados. Algunos miembros VIVAT plantan árboles y bambú o restauran manglares en zonas costeras. Otros conservan manantiales o racionan el uso del agua, y limpian ríos y zonas costeras de residuos plásticos. Otros introducen el uso de energías limpias y cocinas modernas para cocinar en casa.
Estas buenas prácticas y nobles esfuerzos deben compartirse y comunicarse a mayor escala, tanto a escala nacional como mundial. Podemos promover estas iniciativas a nivel de gobiernos locales o nacionales o compartirlas con socios afines para obtener apoyo financiero y tecnológico. También podemos plantear cuestiones sobre las políticas y medidas que han adoptado los gobiernos para aplicar la adaptación al clima en sus respectivos países. También podemos defender la adaptación al clima en los foros mundiales a través de mecanismos de la ONU como el Examen Periódico Universal (EPU) y el Informe Nacional Voluntario (INDV).
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